domingo, 7 de noviembre de 2010

Una hora más

Leí parte de una novela en un café. Camus es bueno para los nervios. El precio de mi café no tanto. En cierto momento me entretuve persiguiendo las palabras en mi mente. Por primera vez me di cuenta que ciertas palabras simplemente no llegan a su destino. Párpado. Cachete. Aquella otra palabra larga que no me molesté en traducir. No me importa. Las salto y pierdo el sentido de la oración. Temerariamente las desdeño. No es mi idioma, así que qué me importa captarlo todo. Tristemente, es lo que estudio. Aquí, me detuve. De momento me repugnó el libro, la lectura que por ajena se convirtió en irrelevante. Consideré sabio cerrar el libro y dejar el café antes de concluir lo lógico. Vaya estudiante de estudios culturales. Y todo por irme a perseguir palabras.

3 comentarios:

Arturo Ulises dijo...

Toda lectura es una persecución de lo ajeno. Yo culpo el precio del café.

Unknown dijo...

you are unhappy ("infeliz" no tiene la misma connotación).

Skolp dijo...

Revolt is continuing despite confrontation. I'm actually happy. :)